miércoles, 29 de diciembre de 2010

Y compré mi mechero revolucionario


Como buen socialista europeo de salón sigo las revoluciones políticas en “el país” o por medios “subversivos” de internet. Y, gracias a ellos, me creo un buen ciudadano que apoya a los desfavorecidos y, si hace falta, les defiende frente a todo y todos. En la visita a Chiapas no me adentré en terrenos políticos y ejercí como buen turista europeo: compré recuerdos y chorrás, fui al mercado, saludé y hablé con las seños y todas esas cosas. Como decía, desde la visita a Chiapas quiero informaros que el EZLN o esas cosas han muerto. La bonita revolución indigeno-campesina terminó el día que empezaron a vender souvenirs en la calle más comercial de San Cristóbal de las Casas en un centro cultural “revolucionario”.
Lo peor no es perder; lo peor, sin duda, es que tras perder te conviertan en souvenir.

PD: Siento la tardanza en escribir y la brevedad de lo escrito. En una semana más o menos vuelvo a San Pedro y desde allí les cuento tranquilamente todas mis aventurillas

martes, 14 de diciembre de 2010

Siempre perdiendo

Después de unas cuatro o cinco horas y varios transbordos: tres autobuses, un “picop” y la lancha, llegué a mi casa con menos neuronas de las que había salido y bastante cansancio. Podríamos resumir el viaje para ver a unos amigos en un fin de semana que  acaba en una terrible borrachera un día y una moderada borrachera el otro. Entre medias  muchas risas, unas fotos deplorables  y algún que otro solivianto. Me enseñaron el ambiente underground de Ciudad de Guatemala, fui a un bar que parece la casa de la abuela del pueblo por sus pasillos, sus estancias y el patio interior. Todo muy pijipi, pero abre hasta tarde y la verdad es que me gustó y no es caro y dejan fumar. El sábado costreé y luego me fui de Pacas, que son la tiendas más raras que he visto nunca. La ropa es gringa pero nadie conoce muy bien su procedencia. No sé y nadie me informa si es donada por amables americanos medios que quieren ayudar al mundo regalando su ropa vieja o si la regalan tiendas grandes o las iglesias o yo qué sé. El caso es que aquí se vende toda esta ropa de origen desconocido. Tampoco es raro, aquí y en todos sitios se vende todo, hasta la caridad.
Siguiendo el relato del fin de semana, el sábado noche fue divertido, muy divertido. Una fiesta, una  casa y lo esperado, cervezas y un buen ron guatemalteco. Lo peor, las huellas en las cámaras de fotos y la terrible idea de hacernos fotos poniendo cara de muñecas hinchables (típica idea idiota de un idiota).
Mi obstinación a decir demasiadas tonterías cuando has tomado y a no saber cerrar la puta boca cuando debo me hace llegar a una conclusión: da igual lo que hagas  o lo bueno o malo que seas en tu trabajo, se te juzgará por este tipo de tonterías. Ya lo dijeron Faemino y Cansado: “Siempre perdiendo”

martes, 7 de diciembre de 2010

Catálogo de cosas que echo de menos

“la patria es estar lejos de la patria”
J. Bonilla
Pufff es difícil enumerar las cosas que echas de menos. Y digo cosas, si empiezo a hablar de personas voy a aquedar fatal con la gente así que pensad que sois todos vosotros y todos felices y contentos. Según el momento y la situación uno echa de menos cosas distintas. Por ejemplo, cada mañana echo de menos la cocina de casa de mis padres y ver a mi madre desayunando y yo sin poder hablarla por culpa del mal humor con el que amanezco. A media mañana me gustaría que a alguien se le ocurriese la idea de ir a tomar una cerveza y la acompañase de aceitunas y guarrerías varias. Pero por la noche es cuando más añoro la patria que forman la casa, el barrio y la iluminación de las calles de Madrid. ¿Es raro echar de menos conducir por Madrid cuando no hay tráfico? ¿Se puede echar de menos una moto?
Supongo que lo de la comida es un lugar común, da igual de donde seas que siempre te faltarán los sabores de casa. Aquí, he intentado hacer un cocido, os doy un consejo que alguien debería haberme dado: el bacon ahumado no puede, nunca,  sustituir al tocino. El gazpacho no se me da mal, la verdad.
La verdad es que según pienso las cosas que echo de menos, creo que me he hecho un friqui. Me apetece leer el país en la versión de papel y tomar una cerveza sentado en el césped de un parque bonito. Quiero que llueva y quedarme en casa viendo todos los partidos que den por el gol tv ese (aquí lo hay pero no es lo mismo ver un Hércules Sporting acompañado por hermanos friquis que hacerlo solo). Las cantinas podrían parecerse a uno de esos bares de viejos que hay por la España profunda pero os aseguro que no tienen la misma ensaladilla rusa.
Me gustaría, en este momento, oler el suavizante que usan en mi casa y no el de la lavandería. Tampoco estaría mal montarse en el metro a esperar que llegue la primavera y sus vestidos, esto de que no haga frío por aquí  hace que uno se acostumbre a los tirantes y no los valore lo suficiente.
Y la costumbre de tomarse un café fuera de la oficina después de comer. Me tengo que ir solo y escuchar música mientras leo  “prensa libre” y explico que es un placer tomar café después de comer.
Todas estas tonterías para decir que se hace raro pasar la navidad lejos


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Del liberalismo y de otras cuestiones sin importancia

Partimos de un supuesto basado en que el comercio mejora la economía y cuanto más liberalizado, es decir, cuantas menos normas y menos barreras más fácil será progresar y antes se mejorará la vida de las personas y su bienestar. No, algo va mal, es la primera vez que leo liberalismo y bienestar en la misma frase, algún error he cometido.

Siguiendo el análisis. Cuantos menos límites al capital, mayor desarrollo empresarial y más creación de empleo de calidad. Otra vez no.  Algo debe estar mal, esta asignatura la suspendí seguro. Empleo de calidad nunca ha rimado con inversión de capital extranjero.

Ahora pongamos un país al azar: Guatebuena. País eminentemente agrícola  que siguiendo los cánones y normas de la cultura económica liberal se planteó una duda que definiría su futuro. De una parte puede preocuparse de la creación de un estado del bienestar, buscar empleos de calidad para sus ciudadanos y fomentar la libertad económica desde un punto de vista social. De la otra,  abrir sus fronteras, mercados y bancos, aumentar el comercio, privatizar los servicios públicos básicos y dejar a la inercia del mercado lo del estado del bienestar y otras cuestiones sin importancia.

Las discusiones fueron agrias, las presiones de fuera ensordecieron el ruido de dentro. Pero por suerte triunfó la democracia y gracias al consejo y ayuda de los de fuera se convenció a los de dentro.

Y también por suerte,  se optó por la segunda. Y podéis imaginar que no han parado de llover inversiones  en colegios y universidades.  Hoy sólo se demandan grandes profesionales guatemalbuenos. Además,  ya sólo son el tercer país del mundo en desnutrición infantil (hay que joderse, desde que a los niños africanos les dio por comer solo se asciende en esta lista).

Una cosa está clara, parece que con el nombre del país acertaron


PD: Siento el populismo, con estas cosas paso del enfado al enfado y pierdo mi poca capacidad de análisis

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cuarto milenio en el lago Atitlán

Por qué hay alcaldes que no hablan castellano?
Por qué nadie bebe agua del grifo y nadie se preocupa por hacer algo para potabilizar el agua?
Por qué en las cantinas que es donde más bebe la gente no hay baño?
Por qué la cerveza es más cara que en cualquier país de Europa?
Pero quién decidió que se comiese lo que no se cultiva aquí?
Por qué puedes comprar cualquier medicamento y digo, cualquier medicamento,  sin receta pero está mal drogarse?
Por qué no existen fregonas y el recogedor no tiene palo?
Por qué nadie utiliza arquitectos para construir sus casas? La teoría es “yo tiro para arriba y cuando veo que se va a caer, pues paro”
Quién alimenta a tanto perro?
De dónde sacan el dinero los hippies?
A nadie se le ocurrió que podía subir el nivel de agua del lago antes de hacer obras?
Si hay más católicos que evangelistas en el pueblo por qué hay solo una iglesia católica y unas veinte evangelistas?
Si tienen uno de los mejore cafés del mundo y muy barato por qué en mucho sitios te ofrecen Nescafé soluble?
Por qué si dices que hubo un terremoto y que te asustaste, se ríen y te dicen que hasta que no llegue al 5 del señor ritcher son sólo eruptillos del suelo?
Y hay más, muchas más… 

viernes, 19 de noviembre de 2010

El gusto del hombre guatemalteco del altiplano

Tras insistirme varios amigos para que empiece a escribir ya en el blog sobre culos y tetas y me deje  de flipadas. Y  debido a que tengo una de esas resacas en las que la cabeza te duele hasta cuando respiras y es imposible quitarse el sabor a Martini de la boca (mira que no bebo Martini desde hace unos 10 años, pues todavía no he conseguido el sabor a gggin-tonic o a cuba libre por las mañanas, siempre es a Martini con limón…) propongo hablar de mujeres, mejor dicho, del cuerpo de las mujeres por el que el hombre del altiplano guatemalteco siente atracción. Tras un laborioso estudio de campo, un análisis riguroso de la información y mi primera noche en una cantina tomando, he llegado a las siguientes conclusiones. Inciso: haría lo mismo con el otro sexo, pero no se me ha posibilitado el acceso a la información. Es probable que por esto se me tilde de machista, pero es que en la cantina no entran mujeres y no pude hacer la investigación para el otro género.
El hombre guatemalteco del altiplano gusta de las mujeres de cuerpos distintos a los del  españolito medio y a los cánones occidentales de belleza. Vamos que les van las curvas, cuantas más curvas mejor. En un ambiente distendido se inició una conversación sobre nuestro gusto por las mujeres  (creo que pensaban que era “hueco”), según mojábamos  la conversación con cerveza, mostramos posturas dialécticas diferentes. A ellos les gustaba más lo que podríamos denominar, en terminología del extinto Ministerio de Igualdad, la talla diábolo.  Derivó la conversación a otros temas importantes de la vida sobre los que guardé silencio allí y guardaré silencio aquí.
Tras unos días reflexionando he llegado a la conclusión de que en la típica discoteca española de moda en que se considera a una mujer bella si baja de la 38 de pantalón estos caballeros se aburrirían y creo que tienen razón.
La verdad es que salí sonriendo de la cantina (y un poco borracho)  y no paraba de pensar mandar un mensaje a todas aquellas mujeres que por delgadas se creían bellas que me han ignorado a mi y a mis amigos en demasiados bares:
-Señoras, estábamos equivocados, lo sentimos. Sentimos tantas horas de gimnasio, tantas veces no comerse el postre que les hubiese apetecido y haber sido tan pesados con ustedes. No volverá a pasar-

jueves, 11 de noviembre de 2010

Primer mundo y medio

Me encanta definir cualquier cosa  en tres cualidades. Fue una escritora española la que escribió para mi y para la historia (ahora no tengo internet y  cito de memoria): “hay tres tipos de personas: las que tosen, las que sudan y las que son felices”. Esta frase todavía da vueltas en mi cabeza. O en la película “Alta Fidelidad” que no paraban de hacer listas de grupos y canciones (aunque creo que eran de cinco las listas, por eso la peli me gustó sólo un poco). Es una mierda esto de tener que hablar siempre de Guatemala en el blog, le tendría que haber puesto otro nombre... A guatemalear. Imagino a alguien muy estudioso que decidió clasificar el mundo en tres características en función de la pasta de la gente: el primer mundo, el segundo mundo y, estrujándose el coco dedujo, el tercer  mundo. Ahora como somos más educados  al segundo mundo lo llamamos “país en vías de desarrollo” o “mercados potenciales”. El tercer mundo que se joda, a ese no se le cambia el nombre. Hay otra clasificación por ahí, la conoce casi todo el mundo, pero se divide sólo en dos: norte y sur. Estos eran menos sesudos y como es una lista de dos pues me gusta incluso menos que la de los tres mundos.
Mientras tomaba una chelita se me ocurrió una nueva, ahí la dejo:
Primer mundo
Primer mundo y medio
Los que no tienen donde caerse muertos
Tampoco es que yo me haya roto el coco para hacer esto, pero es de tres y es bastante más original que lo de primer, segundo y tercer mundo. Y mucho más bruta. El primer mundo es aquel en el que todo lo importante está a disposición de todos y casi todos pueden adquirirlo (no sé si incluir a España aquí).  El primer mundo y medio es donde está todo lo importante y lo no importante y todo el mundo lo sabe y puede verlo pero, amigo, lo de poder comprarlo es una utopía. Es una mezcla del sueño americano y pobreza. Son más modernos los centros comerciales de Guate que los de EEUU, tienen la misma tecnología a la venta y los mismos precios. Los que no tienen donde caerse muertos son los de siempre, los ningunos de Galeano, los que  venden su alma en una patera para luego vender su cuerpo en un polígono.
Si me gustasen las listas de cuatro añadiría una cuarta: los que quieren no tener donde caerse muertos, pero como dije, sólo (mira que cometo faltas de ortografía, pero para una tilde rara que me sé los de la RAE quieren quitarla) me gustan las de listas de tres, otra vez será… 

martes, 2 de noviembre de 2010

...

¿Para qué sirve la cooperación?  Ni puta idea. Supongo que la lluvia de millones servirá para mejorar poco a poco a los países y así, con el paso del tiempo, hacer un mundo un poco más justo. Se respetarán los derechos de la mujer, de los indígenas, de los que no son indígenas pero también son pobres, se acabará la desnutrición, todos viajaremos al sur, se acabarán las fronteras y las banderas, habrá elecciones para mandar en la ONU, todos tendrán una casa digna, un trabajo de la hostia y, al final, la cooperación no será necesaria. Si os digo la verdad, nunca me he fiado de las organizaciones, ideas o movimientos cuyo fin es desaparecer. Me recuerdan a la guerra preventiva o a mi adicción al tabaco. Sé que no tienen relación pero es a lo que me recuerda. A la guerra preventiva porque el argumento eso de crear una guerra para evitar otra casi me convence, como la cooperación. Lo de mi adicción al tabaco es por saber que tengo que dejarlo antes de que llegue el pitillo que da cáncer y porque creo que voy a ser incapaz. Fumo porque sé que voy a tener que dejar de fumar, coopero para dejar de cooperar.  Al final ni yo dejaré de fumar ni España de entrometerse en las decisiones políticas de Guatemala.
Me pregunto si realmente somos tan generosos los españoles que decidimos, sin otro interés, gastar doscientos y pico millones de euros en algo que no da votos y, a la vez, subir los impuestos en España, recortar el gasto público y congelar las pensiones. Me salió la vena populista, sorry.
A un político le importan dos cosas: su ego y los votos (y a  algunos ni lo segundo). Esto ni da votos ni podemos decir que suba mucho el ego. Quiero decir,  no creo  que haya gato encerrado en esto de la cooperación,  creo que al gato le han pillado las pelotas con la puerta.  Lo que dudo es si el gato son los chapines a los que se les dice lo que hay que hacer, o los españoles que pagan impuestos.  
Por cierto, me llegó la factura de la luz. Es de Unión Fenosa.

martes, 26 de octubre de 2010

Bienvenido a Guatemala

Explico brevemente cual es mi trabajo para poneros en situación. Estoy haciendo un plan de desarrollo económico para la Manclalaguna. Os habéis quedado como yo cuando me lo dijeron: ojipláticos (esta pedantería se la oí a alguien, por suerte, no es mía) y desconcertados. Me dieron un libraco de un plan de otra Mancomunidad y “a la chaval, tienes nueve meses”. Tres semanas después todavía tengo dudas sobre lo que hago, aún así no me rindo y siento mi dolorido culo unas ocho horas mientras miro datos, informes, estudios, consultorías, planes, planificaciones, ordenamientos y demás papeles que se suponen son mi trabajo. De vez en cuando y sin abusar del corta y pega preparo mi plan de desarrollo.

Imagina que pasas un día trabajando en algo, me da igual en qué. Pongamos que eres periodista y has preparado un artículo durante días. A la hora de publicarlo alguien llama y dice que ha cambiado la historia, tu jefe te dice que lo que hiciste ya no vale para nada. Que otro medio tiene una exclusiva, que les copies, que otra vez será,  que no eres tan malo pero tampoco eres tan bueno, etc. Pongamos que eres cajero en un banco y  pasas el día sonriendo a jubilados que preguntan si ingresaron ya la pensión y a gente con demasiada prisa como para darte los buenos días. Pongamos que tras pasar as todo el día llega el cierre y, con las ganas que tienes de irte a un bar y mandar a todos a la mierda, no te cuadran las cuentas. Y empiezan los gritos y vuelves a revisar todos los ingresos, el jodido debe y haber. Y aumenta tu cabreo. Y ya no vas a un bar sino que sales a las 9 de la noche y te arrastras a casa con un montón de palabrotas en el cuello de la camisa.

Pues más o menos así es mi rutina. Todos los datos se contradicen, los oficiales sobretodo. Cuando crees que por fin has llegado a una conclusión, todo se jode. Pongamos un ejemplo: tras toda la mañana trabajando sobre el sistema educativo de los municipios de la Manclalaguna, cuando por fin termino y me voy a fumar un pitillo tranquilo. ¡Me doy cuenta!   Al cruzar los últimos datos oficiales, ¡hay más niños matriculados en primero que niños existen! ¡Todo a tomar por culo! Se lo comento a un compañero guatemalteco, responde: “Bienvenido a Guatemala”

Menos mal que, al menos, aquí el tabaco es barato.

Nota: los datos eran de años distintos ( 2008 y 2010). Eran los datos más cercanos en tiempo que encontré

sábado, 23 de octubre de 2010

En el fondo, todos somos unos pijos

Sólo me faltaba tener los medios para poder acomodarme, algún amigo cabrón lo llama aburguesarse.  Cogí una casa con jardín, para mi solo. He contratado internet, si entendemos por contratar comprar un cable de teléfono y que por apenas 10 leuros  un vecino lo enchufe a su casa. Me he gastado 16 euros en una botella de dos litros de aceite de oliva. Compro en la tienda de los pijos del lugar y algunas cosas, las menos, en los puestos del mercado.
La situación económica es sólo un dibujo del aguante al asco. Aquí podrías vivir como turista con apenas 3 euros al día. Dormir por un euro, si te atreves; comer moscas y carne en el mercado y cenar masa de maíz con masa de maíz. Lo del asco, dicen, es psicológico, yo creo que no, que es monetario. Morder una fruta  mientras piensas donde está el baño más cercano y guardar un montón de euros en el bolsillo, no es porque quieras integrarte ni porque seas un temerario, es que eres gilipollas.
Yo, intentando imitar a los locales y sentirme bien con mi conciencia no consumista, comí más o menos de todo  en más o menos cualquier lugar. La verdad es que no tuve ningún problema. Un día en una fiesta de postín con un catering de lujo  me sirvieron una paella. Desde entonces no entro a ningún lugar sin saber dónde está el baño. No sé si fue la paella o es que fui un gilipollas (lo más probable).
Mi asco ha aumentado en la misma proporción que han aumentado mis deposiciones. Cada vez compro más cosas y más caras. Ahora quiero un sofá y una hamaca y gasto aceite como si fuera agua. Incluso una mujer se ha ofrecido para limpiarme la casa y estoy dudando si contratarla…Lo peor de todo es que aún así ahorro. 
Acaso no es verdad que si pudiésemos seríamos todos unos pijos.

martes, 19 de octubre de 2010

San Pedro, ¿decís?

Hubo un lugar a la orilla de un lago y en el valle de un volcán en el que habitaron los pocos hippies que en el mundo han sido. San Pedro de la Locura, sobrenombre de ese bello lugar, era, según comentan, un lugar de esparcimiento donde llegabas para tres días y si te bañabas en su lago o  acudías a una de sus famosísimas raves de la luna llena, no podías abandonar hasta que no hubieses vivido un par de años  haciendo pulseritas por el día y fumando la noche en el Budha o el Clau o en las fiestas improvisadas con tambores en la playa. Una mezcla de una Ibiza sin discotecas y un Amsterdam  con coffe-shops en cada esquina.  Pues bien, este paraje de alcoholismo, drogadicción,  esparcimiento, pulseras y amigos para toda la vida si los recordabas a la siguiente mañana ha terminado. Pero quedan los últimos rezagados y queda el Clau y el Budha  y algún garito nuevo. También queda la maría y algunos intrépidos mochileros que viene buscando lo que fue. El alcalde decidió una nueva hora de cierre, las once de la noche,  prohibió cualquier tipo de ruido a partir de esa hora. El cabreo fue de órdago, en poco tiempo la prohibición se corrigió hasta la una. Podéis imaginar la única manera de meter a la gente en  sus casas, a golpe de policía y detención ( ojito al enlace: http://www.elperiodico.com.gt/es/20100822/domingo/171089/). Como todo en la vida, más en la política, trae consecuencias. Ha bajado el turismo, ha aumentado la tranquilidad, hay menos ruido, menos fiesta  y, también, menos dinero. Las madres están más tranquilas porque es más difícil que sus hijos fumen porros en el trabajo. Los hijos ahora se preocupan por cómo conseguir un trabajo. Yo estoy en el bando de los buenos, pero no sé cuál es ese bando.

Conversación en la oficina

Compañera de trabajo (CT): “Paco, el miércoles es feriado, no hay que venir a trabajar”
Paco ( P): “ ¿Qué se celebra?”
CT: “El día de la revolución guatemalteca”
P:” Pero, ¿aquí hubo revolución?”
CT: “¡No! Por eso nos dejan celebrarlo”

viernes, 15 de octubre de 2010

RECUERDOS DE PAZ

RECUERDOS DE PAZ
Vivo en un lago donde habita el monstruo de la pobreza,
Solo los volcanes son más viejos que  las afrentas cometidas.
Trajimos el progreso y con él
la muerte en forma de gripe y de crucifijo.
Trajimos el colonialismo  preindustrial
Y, en fin, decidimos quedarnos.
Incluso les vendimos la guerra fría,
Pero aquí  lo único frío fueron los cadáveres
De los comunistas (algunos, por cierto,  también importados)
No sé nada de la historia de Guatemala,
Un chapín me lo explicó de forma breve:
“Recuerdos de paz”.
Dictaduras militares una tras otra,
Como el que cambia de ropa
Alternaron  generales el poder.
Una guerra civil por 36 años:
Derecha contra izquierda,
No imagino cómo se pasa
de  Marx y Hayek al rifle y la granada,
del arte de filosofar al arte de la guerra.
Para no ser menos la naturaleza
Jode regularmente a los chapines,
Este año las lluvias sólo  han decidido destrozar
las carreteras, los cultivos, las casas,
el turismo, las infraestructuras, …
Creo  que ya no quedan santos para bautizar tornados y tormentas.
Pero  no se preocupen los antiguos colonialistas
Ni los que acordaron la paz pero no la cumplieron,
Ni los imperialistas, ni los comunistas,
siquiera se preocupen Marx ni Hayek.
Aquí ni Dios se preocupa,
Aquí , por joder,
jode hasta la naturaleza


lunes, 11 de octubre de 2010

Antigua

Existen muchas Guatemalas dentro  Guatemala.  Los dos extremos más opuestos son la capital y Antigua. Dice la máxima  que los extremos se tocan y, por eso, entre Ciudad de Guatemala y Antigua sólo hay 45 kms. Está tan cerca que sólo se tarda de una a dos horas de autobús, según el tráfico. Podemos denominar a Antigua como el paraíso de los yankies (a partir de ahora gringos). Es un pueblo de arquitectura colonial y antigua capital de Guatemala. Todo son casas bajas de no más de dos plantas. Las calles rodean el gran parque central dónde se encuentra el ayuntamiento y, a dos “cuadras”, el centro de formación de la Cooperación Española. Cagó Dios en Guatemala un palacio espectacular que España compró y reformó. Es tan bonito que es paso obligado en la ruta turística por Antigua junto a la catedral, a un convento y un par de edificios más. Volvamos a lo del paraíso gringo. Aquí vienen todos los americanos a aprender español, a hacer surf ( yo tampoco entiendo porque vienen aquí si la playa está a dos horas en carro, el caso es que les ves con sus tablas de surf) y a salir de fiesta ( hasta la una…). Hasta aquí todo perfecto, un lugar muy seguro, relindo, rodeado de volcanes  y donde todas las casas coloniales son hoteles o restaurantes de comida rápida. En apenas 20 manzanas vi un Mcdonalds, un Burguer King, uno o dos Pollo campero, un Wendys, un Taco Bell, un montón de restaurantes para ver el fútbol americano y bares con ofertas de barra libre…Por poner un ejemplo: vimos unas tres o cuatro librerías, en todas, tres cuartas partes de los libros (si no más) estaban en inglés. Suficiente para imaginar  el número de indígenas y de indigentes en la ciudad.
El viaje estuvo bien, a pesar de todo, comimos muy bien, y paseamos por la calle (incluso por la noche). Para volver  cogimos “la camioneta”. El autobús escolar de los EEUU reciclado para Guatemala y pintado de mil colores. Supongo que conoceréis el tipo de guagua. Lo único que han reciclado, aparte de la decoración y el hilo musical, han sido los bancos que conforman los asientos.  Los han colocado más anchos dejando un pasillo mínimo entre las filas  en el que sólo cabe una pierna… El bus se llena hasta los topes, para que os hagáis una idea: por cada fila éramos siete sentados y uno de pie más o menos. El bus tendrá unas 25 filas… Además de comernos un atasco infernal, en cuanto se vaciaba un poco la carretera éramos los más rápidos del carril de la izquierda mientras por el hilo musical sonaban el Puma y Julito Iglesias. Una experiencia única. En dos minutos pasamos del paraíso gringo a apiñarnos en un autobús de más de 30 años. En 45 Kms, de pasear a coger otro taxi. Y es que hay muchas Guates en Guate

viernes, 8 de octubre de 2010

La peligrosidad, la sugestión y el miedo



Es difícil no angustiarse cuando el tema de la seguridad es lo único que los compatriotas comentan. Llegar a una ciudad en la que las palabras prudencia y cuidado se repite cada veinte bocanadas de aire hace que uno piense demasiado dónde lleva la cartera.  Hay que tener cuidado con las barrios que no son este y,  aún así, aquí te atracan, sólo coger  taxis de confianza, “no cojas el autobús “( dejadme que use hasta la extenuación  el verbo coger), “no viajes por la noche, no vayas a estos barrios, no hables por el móvil por la calle, no, no y no”.  Me pregunto qué es peligroso y arrojo unos cuantos detalles que han comentado hoy otros cooperantes como yo. En Guatemala existe un fiscal especializado en descuartizamientos y otro en conductores de autobuses debido al alto número de asesinatos  que se dan de chóferes en los autobuses urbanos de la capital. En Ciudad de Guatemala hay una banda de niños que llevan ocho asesinatos y todavía no se ha conseguido detenerlos. Pero el ejemplo son los periódicos, nada como un periódico para medir el estado de ánimo de un país. Si uno abre Prensa Libre o el Periódico de Guatemala (únicamente he ojeado estos dos y sólo ojeado)  no va a encontrar una noticia que no sea de los problemas económicos, judiciales, del desgobierno o de “ultimaciones” (bonita forma de llamar a la muerte violenta).
Ahora pongamos que alguien como yo con esta información decide por su cuenta y riesgo dar un paseo         (eufemismo de montar en taxi hasta cualquier destino) al centro a las 5 de la tarde. El taxista, un hombre de unos treinta y largos, me cuenta su situación actual, los problemas del país, la guerra que acabó hace 15 años más o menos y cómo no, la delincuencia y con qué y dónde tenemos que tener cuidado. Tras llegar a la plaza más céntrica, y pasear (esta vez si es pasear pero sin salir de la plaza) empieza a oscurecer y alguien como yo que no sabe terminar un paseo sin una buena ración de cebada fermentada busca un bar y gasta más de media hora en conversar y beber.  A la salida era claramente de noche, así que en un alarde de inconsciencia saco el móvil y llamo a mis taxis de confianza . Aquí comienza la sugestión. Cuando a uno se le vienen a la cabeza los pensamientos que me han inculcado sobre lo peligroso de mi actividad decido acercarme a unos policías que pasaban por allí a terminar mi conversación por el celular. La espera será de unos 15 minutos en un cruce de calles, me planto allí y espero. En esos momentos sientes que la gente te mira, todos son potenciales atracadores, todos llevan pistola. Me siguen mirando, comento con los dos amigos que me acompañan y nos contagiamos  tranquilidad hablando del tiempo, de la de gente que hay en la calle y de lo iluminado que está. Llega el taxi. Nos vamos en silencio al hotel.
Estaba con dos amigos, eran las 7,30 de la tarde.  La verdad  es que no pasamos ningún miedo. 

 Ciudad de Guatemala