El otro día oí una frase que resume las dificultades que se pueden encontrar en el desarrollo económico local de aquí, en los municipios del lago. Un señor mayor, en una reunión, dio en el clavo con unos problemas de uno de los municipios. No entraré en eso, tenía razón. Pero para terminar intentó poner un ejemplo de cómo convencer a la gente de las necesidades del cambio en algunas cosas y procesos y, sobre todo, en aumentar la recaudación municipal. Para ello dijo: “Si hasta la Biblia dice que hay que pagar impuestos. ¿Acaso nos va a engañar el padre celestial?” Todos se quedaron pensando. Llevo un tiempo sin leer la Biblia pero voy a dejarme de informes y consultorías y voy a centrarme en las Sagradas Escrituras para esto del desarrollo económico. No les hables de agua, de carreteras, de infraestructuras, de planes, de proyectos, de…Siete meses después me he dado cuenta, había que empezar por Dios.
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